Cuando no quieres estar en un lugar ¿lo dices? o ¿te obligas a estar?
Este lugar puede ser en las relaciones de pareja, en puestos de trabajo, con amigos y familia; puede llegar a ser una sensación de estar atrapados sin salida, tan real que hasta crea síntomas físicos, sensaciones como ansiedad, falta de aire, “gripe”, rinitis alérgica, son algunos de los síntomas que encontré justo durante mi titulación como acompañante en bioneuroemoción, que es un método creado por Enric Corbera que encuentra relación entre las emociones, la biología y las creencias.
Pensaba en este tema porque observé cómo alguien tomaba una decisión de este tipo con mucha elegancia y tranquilidad; sentí admiración y respeto por esa persona.
Pensaba en cuando nos quedamos en lugares donde no queremos o no podemos estar, a veces por simple orgullo, por mantener una posición, un nivel socioeconómico, obligados por el qué dirán, por pensamientos que ni siquiera son reales.
Algunos intentan cumplir con compromisos que no tienen ganas de cumplir y reflexionaba que no tiene nada que ver con no ser comprometidos; tiene que ver con prioridades y lo poco que nos han enseñado sobre ellas; es por eso que hoy en día muchas veces andamos en este mundo acelerado intentando hacer mil cosas a la vez y como resultado fallamos a nuestra palabra con más de un cliente, organización o ser amado, hacemos cosas que, a lo mejor, ni siquiera deberíamos hacer por que no está alineado a nuestro propósito.
Propósito – ¿Qué es eso? Algunos se preguntarán. Y ahí también está el problema de priorizar.
Pero sin entrar a más definiciones les dejo una pregunta para reflexionar.
¿Cuál debería ser la actitud cuando sentimos que no queremos estar en un lugar?
Pensándolo hoy a partir de esta persona que valientemente tomó una decisión, me quedé con la idea de que si donde estás no está alineado a lo que deseas lograr en tu vida es mejor no estar, por que sino tu vida estará dividida entre lo que quisieras que fuera pero no es y lo que podría ser, mientras haces algo a medias que ni quieres hacer.
¡¡Uff!! Trabalengua – leelo con calma y reflexiona.
Al final creo en lo siguiente
La vida es corta y siempre es mejor quedarnos con la parte de nuestra vida que sea aquello que deseamos vivir y así poder ser lo que decimos que somos, que nuestra palabra se transforme en acciones que enriquezcan nuestra vida y la vida de quienes nos rodean.
Sé que hay momentos en que no es tan fácil esta decisión, especialmente cuando somos responsable de otras vidas, pero es en esos momentos cuando debemos elegir con sabiduría el siguiente paso, al final procurar estar en donde de realmente queremos estar, con las personas que queremos estar y haciendo lo que queremos hacer.
¡Eso es felicidad y en la felicidad está el éxito!