¡Llegó la hora de crear! – le dije entusiasmada a los jóvenes entre 14 a 18 años que asistieron a un nuevo evento de Iniciativa Global de la juventud.
Les explique la actividad que realizaríamos. Construiríamos historias a partir de una idea o título que le pediríamos a los compañeros que no se animaban a participar al frente.
El reto era que cada uno agregara una parte a la historia, el tema que salió fue “Milagros en Semana Santa”.
Los jóvenes se miraron entre sí y sonrieron, es todo un desafío saber que vas a crear algo sin saber de dónde vas a partir, por que tu señal será lo que diga la persona que está antes de ti. Como en la vida misma.
Entonces digo – Milagros era una hermosa joven de 24 años que salió de su casa.
Miro al siguiente.
Los chicos empiezan a crear poco a poco la historia, una tras otra, ríen y a medida que avanzan, mataron a la protagonista, la revivieron y la llevaron en una cita romántica a ver la Masacre de Texas.
Por momentos llenaron la historia de mucha sangre mientras reían.
Luego reflexionábamos en por qué, si nosotros escribíamos la historia, escogíamos esas escenas.
¿Por qué al tener libertad para crear una historia le echamos sangre?
Sin duda esta podría ser una conversación muy graciosa. Incluso para ti que me estás leyendo.
Luego les digo – ¿Por qué cuando termina tu compañero de hablar y llega tu turno eliges ponerle a la historia tragedia?
Algunos me contestaron:
- Porque, si dicen masacre en Texas, todos deben morir.
- Pero acá estamos creando, tú puedes hacer de esta historia lo que quieras – le contesté
Y así llegamos a la reflexión de que todos los días escribimos un fragmento de nuestra historia y podemos decidir si queremos hacer que esté llena de sangre, drama o de triunfos y aprendizajes.
Todos prefirieron escribir historias de triunfos y aprendizajes, al menos eso dijeron.
Lo cierto es que nosotros siempre podemos elegir qué historia escribir, eso es lo bonito de vivir.
Ahora te pregunto, a ti que me estás leyendo y que quizás lees cada uno de mis artículos.
¿Cómo estas escribiendo tu historia diaria? Si al empezar tu día, abres los ojos, respiras y estás en paz en tu cama. ¿Qué construyes desde el primer minuto de tu vida cada día?
Eres tú quien siempre puede elegir como escribir la historia de su vida.